viernes, 17 de enero de 2020

MOTIVACIÓN PROYECTO

Esta semana hemos comenzado un nuevo proyecto titulado "Naturaleza de Cantabria". Al poco rato de llegar el lunes al colegio nos dijo Pedro que teníamos que ir todos al aula de psicomotricidad y, al llegar, nos encontramos con este escenario.


Había plantas, un fondo, un sillón y varios libros: "El magnífico plan del lobo", "Voy a comedte", "La ovejita que vino a cenar", "Los tres cerditos", etc., todos cuentos en los que aparece un lobo.


Nos sentamos en un banco a esperar. Pedro nos preguntó qué sería aquello y alguna mente privilegiada dijo que quizás las del AMPA irían a contarnos unos cuentos. Pero no. 

Una vez completado el aforo con el resto de las clases hizo entrada el primer personaje: el lobo feroz. Pero era un lobo un tanto especial porque venía con un recogedor y con una escoba en ambas manos.


Nos preguntó quién había tirado toda aquella basura en el bosque.


Que si una botella de plástico, que si un envoltorio de turrón de Suchard, que si... de todo.


Tras realizar una exhaustiva limpieza del bosque el lobo se sentó en su guarida a planear la fechoría del día: tirarle la casa a los tres cerditos, comerse un cabritillo, quitarle el pelo de la lengua al lobo, ir a cenar con la ovejita, meterse en un cuento en el que no hay lobos... y decidió ir a visitar al Grúfalo.



Así que después de planear su fechoría se fue al cuento del Grúfalo.


Al poco tiempo apareció Caperucita Roja con su cestita llena de comida.


Se sorprendió de ver el bosque tan limpio y tan recogido.



Como estaba algo cansada, al pasar por delante de la guarida del lobo, decidió sentarse a tomarse un refrigerio antes de continuar camino a la casita de su abuela.


Se comió un bocadillo, una barrita de cereales de Mercadona y un yogur Activa, pero fue muy descuidada y tiró todos los envases y envoltorios al suelo.


Aprovechó también para robarle un libro al lobo.


Unos minutos más tarde apareció nuevamente el lobo de buscar al Grúfalo y quedó sorprendido de ver que el bosque estaba muy sucio.


Nos preguntó por qué estaba otra vez todo revuelto y sucio.


Algunos le dijimos que había sido Caperucita Roja la que había tirado todas aquellas cosas al suelo.





El lobo fue a buscar a Caperucita que todavía estaba merodeando por allí.




Le preguntó si había sido ella la que había tirado toda aquella basura al suelo, a lo que respondió que no.


Como el lobo no se fiaba mucho de la palabra de Caperucita decidió llamar a la policía para que investigase el asunto.





Ante aquella situación tan inesperada, mientras el lobo esperaba a que llegasen los agentes de la policía forestal, Caperucita aprovechó la coyuntura para esconderse tras un árbol.


Con las sirenas del auto a todo volumen llegó la policía a las inmediaciones de la guarida del lobo.


Al ver aquella cantidad de basura la policía decidió multar al lobo.


Él trataba de defenderse diciendo que no había sido.



Tras dar las correspondientes explicaciones y mientras el grupo de espectadores estaba dividido sobre quién había sido realmente la persona que había tirado la basura, la policía decidió ir a interrogar a Caperucita, que todavía estaba escondida tras un abeto.


- "Buenos días Caperucita", dijo la agente de policía.
"Buenas tardes", dijo Caperucita como vacilando. 


"¿No habrá sido usted quien ha tirado toda esa basura en el bosque?", preguntó la policía.
"No, no, de ninguna de las maneras", respondió Caperucita.


"Yo no he sido y no tengo ni idea de quién ha podido ser", se defendió la joven.


El lobo le dijo a la policía que buscara dentro de la cesta de mimbre para comprobar qué llevaba Caperucita. La niña, muy ingeniosa, sacó un libro de la cesta, el que le había mangado previamente al lobo de su guarida.



El lobo, que no estaba creyendo una sola palabra de lo que estaba diciendo, la acusaba sin parar.



Entonces, la agente descubrió que ciertamente Caperucita guardaba en la cesta barritas de cereales de Mercadona, yogures Activia y bebibles Hacendado, todo con destino a la despensa de la casa de su abuelita, Doña Piturris.



Tras la investigación, la policía se llevó detenida a Caperucita.


El lobo nos explicó que no se puede tirar basura ni colillas de cigarros en el bosque porque los animales lo pueden comer y morirse, y también porque se pueden producir incendios como los de Australia.

La policía hizo que Caperucita reflexionase sobre lo que había hecho y volvió para pedirle perdón al lobo.


Y con todo esto arrancamos el segundo trimestre en el que vamos aprender muchísimas cosas de la naturaleza.

Texto extraído del blog de 5 años A "Pequeñas huellas, grandes pasos".

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